Por qué el 8 de marzo
Se conmemora el Día Internacional de la Mujer y nuevamente nos enfrentamos a la pregunta sobre la pertinencia de mantener un día conmemorativo de los derechos de las mujeres. Por qué sí, todavía, es necesario recordar un día pero trabajar todo el año.
(Buenos Aires, 8 de marzo de 2013). En un país que ha avanzado de un modo significativo en el reconocimiento de los derechos humanos ¿qué propósito podría tener dedicar un día a la reflexión sobre las mujeres, sus derechos, su situación social, política y económica?Con espacio de 4 días, hace tan solo una semana, los tres poderes del Estado Nacional nos dieron la respuesta. Fueron tres hechos políticos significativos que mostraron con toda elocuencia que los derechos humanos de las mujeres siguen sin estar en el centro de las preocupaciones del Estado ni de la sociedad.Al inaugurar el año judicial el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dio un discurso en el que repasó los principales temas de preocupación de la Corte en su rol de garante de los derechos humanos. El discurso ofreció una mirada sobre los principios rectores del quehacer judicial, la libertad y la igualdad, ilustrados con las decisiones que consideraban más significativas del máximo tribunal. Pero la sentencia reciente más trascendente para los derechos humanos de las mujeres, el caso FAL s/ medida autosatisfactiva sobre el derecho constitucional a acceder a los abortos legales, no fue mencionado entre los casos en los que se resguardó la libertad ni la igualdad. Para eso, se recurrió a ejemplos de casos sobre libertad de expresión, derecho previsional, de estabilidad en el empleo, derecho a la salud, a la alimentación, a la propiedad, la vivienda. Todos casos en los que se registraron importantes avances, pero no más importantes que lo que significó el caso FAL para el respeto por la igualdad, la libertad, la privacidad de las mujeres. Sólo se hizo una referencia a éste al mencionar las políticas institucionales de igualdad de género a cargo de la Oficina de la Mujer, cuya creación y trabajo sin duda merecen justo reconocimiento.El cruce entre el diputado oficialista y su colega de la oposición fue una muestra clara de la violencia invisible y mayoritariamente tolerada por la sociedad. A la agresión de “¡Callate, atorranta!” en plena reunión de Comisión en la Cámara de Diputados de la Nación, sólo siguió la encendida reacción de la agredida ante la mirada socarrona o indiferente de otros y otras allí presentes. ¿Es que la violencia verbal no es una forma de violencia? ¿Es que el Congreso de la Nación no votó una ley de protección integral contra todas las formas de violencia, que la incluye, hace apenas cuatro años? Una agresión proveniente del mismo diputado unos meses atrás había generado una reacción generalizada de la oposición al asociar un partido político con una actividad delictiva. ¿Será que algunas agresiones son más preocupantes que otras? Será, lamentablemente, que no es cierto que nuestra sociedad condena todas las formas de violencia contra las mujeres.
Al terminar esa semana, la Presidenta de la Nación inauguró las sesiones ordinarias ante la Asamblea Legislativa. En un discurso de 25.000 palabras, a lo largo de más de tres horas, las referencias a los derechos de las mujeres se restringieron a la protección destinada a las embarazadas y a la prevención del cáncer de útero. No hubo referencias a los temas de la agenda pendiente en los cuales el Poder Legislativo tiene todavía trabajo que hacer: la reforma del régimen legal aplicable al servicio doméstico (trabajadoras de casas particulares); la mortalidad materna y su principal causa, el aborto; y a la promoción de un sistema nacional de cuidado que permita a las mujeres, principales cuidadoras de las personas dependientes de los hogares, el pleno ejercicio de su autonomía y el desarrollo de sus planes de vida en condiciones de igualdad.
Los derechos humanos de las mujeres, la agenda de trabajo pendiente en la que trabaja ELA junto con un movimiento de mujeres y organizaciones amplio y diverso, sigue en los márgenes de las preocupaciones políticas y sociales.
El 8 de marzo es la fecha en la que se recuerdan los objetivos de la lucha por la igualdad de género y el respeto por los derechos de las mujeres al tiempo que se celebran los avances. Por eso, el 8 de marzo todavía es importante. Para seguir trabajando todo el año.